viernes, 29 de noviembre de 2013

¡Echaba tanto de menos el otoño!

Echaba de menos el otoño, y las clases, el crujido de las hojas secas al caminar sobre ellas, las ramas desnudas recortándose en el horizonte, el gris plomizo de esas nubes que amenazan lluvia, el marrón y el verde aceituna... Caen las hojas para que pueda vivir el árbol, adormecido, hasta la primavera. hace frío. El sol se debate con las nubes, pero ganan ellas. La tenue luz no alcanza a calentarme, solo hace parpadear ante mis ojos unas chimeneas metálicas con un brillo apagado. Tiemblo, pero el crujido del otoño lo compensa.

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